Alergia vs intolerancia: ¿Cuál es la diferencia?

Alergia vs intolerancia: ¿Cuál es la diferencia?

Te damos unas pautas prácticas para diferenciar la alergia de la intolerancia. ¡Conoce cuáles son los alérgenos e intolerancias más frecuentes!

¿A tí también te ocurre? ¡Normal! Somos muchos los que hemos escuchado hablar muchas veces de alergia, así como de intolernacia a distintos alimentos. Sin embargo, no todos sabríamos responder a la siguiente pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre ambos términos?

¡Sí! Muchos confundimos alergia con intolerencia. Aun así, la realidad es que... ¡No, no es lo mismo! Por ello, hoy te borramos todas estas dudas con unas pautas muy prácticas. ¡Atento!

  • Una alergia alimentaria supone una reacción en cadena del sistema inmunológico, debido a un alérgeno, se suelen diagnosticar a una edad temprana aunque también pueden aparecer en adultos. Las reacciones pueden ser muy diversas:
    • Síntomas cutáneos (más frecuentes): urticaria, prurito, enrojecimiento de la piel, dermatitis, inflamación de labios, boca, lengua, cara y/o la garganta (angioedema).
    • Respiratorios: rinitis (moqueo, congestión y/o estornudos), asma (dificultad respiratorio), tos, sibilancia.
    • Gastrointestinales: nauseas, vómitos, cólicos, diarrea, picor de boca y garganta, hinchazón y dolor abdominal.
  • Una intolerancia alimentaria, no afecta al sistema inmunológico, afecta al metabolismo del alimento, es decir, el cuerpo no digiere correctamente el alimento. Este es el caso de la intolerancia a la lactosa, que se debe a la carencia de una enzima digestiva llamada lactasa que es la encargada de digerir la lactosa. De ahí que se establezca un dieta diferente para cada intolerancia.

Ahora... Hablemos en más detalle de las alergias alimentarias. Y es que a pesar de que existen alergias a muchos alimentos, o a alguno de sus componentes, estas son las más frecuentes:

  • Proteína de la leche de vaca (caseína, la lactoglobulina y la lactoalbúmina).
  • Huevo (ovoalbúmina y el ovomucoide)
  • Legumbres, como la soja o lentejas
  • Cereales, como el trigo
  • Pescado o crustáceos
  • Frutas y frutos secos (cacahuetes y almendras)

El tipo de reacción alérgica puede ser leve, como lo es en la mayoría de los casos, pero a veces se puede producir una reacción grave, que también se conoce como reacción anafiláctica o “shock anafiláctico”. En este caso se debe acudir al médico de forma de forma inmediata ya que puede ser mortal. Las intolerancias alimentarias más frecuentes son a la lactosa y al gluten. ¿En qué consiste cada una?

  • La intolerancia la lactosa: como hemos comentado anteriormente se debe a que el cuerpo no tiene suficiente lactasa (enzima) para digerir la lactosa que es el azúcar de la leche. Cuando la lactosa llega al intestino sin ser previamente digerida es el momento en el que se nota el malestar digestivo. Los lácteos pueden contener cantidades diferentes de lactosa, por ejemplo un queso o yogur muy fermentado contienen menos cantidad que la leche sin fermentar. Cada individuo es capaz de digerir una cantidad diferente, de ahí que existan distintos grados de intolerancia.
  • Celiaquía o intolerancia al gluten: el cuerpo no tolera el gluten que, es un proteína que se encuentra en el trigo, centeno, cebada, espelta, kamut y avenas. En el momento en que la persona lo consume, la mucosa del intestino queda dañada y de forma indirecta esto puede provocar que no se asimile la cantidad suficiente de nutrientes. Se debe tener en cuenta que en el intestino delgado es donde se absorben gran parte de lo nutrientes y si este mecanismo se va deteriorando no podrá hacer correctamente su función.

Ya sea en el caso de una alergia o una intolerancia, es muy importante que aprendamos a leer de forma correcta el etiquetado nutricional de los productos. En algunas ocasiones, es posible que el alimento no se encuentre como ingrediente en sí, pero si que contenga trazas del alérgeno por contaminación cruzada. Ante cualquier duda sobre si un producto contiene el alimento o no, la recomendación será siempre no tomarlo si no lo tenemos claro. Además... ¡No olvides que siempre podemos consultar con el especialista en nutrición, ya que él o ella nos puede asesorar sobre qué productos podemos tomar!

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